miércoles, 18 de febrero de 2015

Procrastinar

Hoy es uno de esos días en los que quieres pasar todo el día en tu cama, sabes que tienes muchas cosas que hacer, pero deseas desaparecerlas cerrando los ojos y dormir 5 minutos eternos.

Nunca he sido aficionada al estrés, cuando tengo muchas cosas que hacer mi reacción ante ellas es negativa, y termino el día con muchos más deberes que los que tenía cuando amaneció. Sin embargo me he dado cuenta que soy buena trabajando bajo presión, no en estrés, si no presionada a terminarlo ya, porque de otra manera solo pospongo lo que sé que tengo que hacer.

¿Mis prioridades? Son un caos, suelo darle más importancia a lo que me gusta hacer, hoy por ejemplo, desearía escribir hasta morir, o platicar con mi mejor amigo, no quiero estudiar, no quiero hacer tarea, pero en mi cabecita hay una vocesita que me recuerda que debería estar trabajando ya, en vez de soñar que no tengo nada que hacer.

Mi mamá suele decir que para terminar algo hay que empezarlo, hoy va a ser un día largo, no estoy dispuesta a empezar, quiero seguir durmiendo.

¿Flojera? Sí, quizá es flojera, no hay nada peor que estar a mitad de la semana y ya estar aburrido y desganado. Pero hay que ser responsables ¿no? Decidí que sería responsable. Los tratos y las promesas más difícil de cumplir son los que haces con uno mismo, pero me prometí que saldría con buenas calificaciones, que no me atrasaría y que trabajaría con entusiasmo, no solo para mi, también para Dios, y esa clase de tratos y promesas no son para tomarlas a juego ni posponerlas.

¿Cuál es el plan? Empezar para poder terminarlo, tenga o no ganas de hacerlo.
—La Luciérnaga  Misteriosa —

No hay comentarios:

Publicar un comentario