jueves, 16 de abril de 2015

El Hemisferio Soñador

Hace días que tengo que estudiar como verdadera nerd y sentarme en la computadora a mandar trabajos como loca. Pero simplemente no puedo concentrarme. Algunos días las cosas van muy bien, pero la próxima vez no logro terminar nada.

Así me llega la inspiración en mal momento, justo cuando no hay tiempo las mejores ideas se crean en mi cabeza; dragones, ninjas, hadas, magia, de todo un poco, pero simplemente llegan y se esfuman como el humo de la chimenea.

Una vez pensé en la majestuosidad de las aves y me imagine volando como águila, asechando a mis presas desde las alturas, así creí que era libre, hasta que tanta libertad termino causándome un terrible miedo al cielo y tuve que bajar de mis sueños y tocar piso firme.

Entonces me convertí en un lobo, fuerte y feroz, persiguiendo, como si de un rayo se tratase, esquivando arboles, y ramas, saltando y olfateando, hasta que me tropecé con la nada y mis afiladas garras se desvanecieron convirtiéndome en un cachorro indefenso.

Ya sé, los sueños no siempre son los que uno quisiera, pero parece como si alguien allá en el hemisferio de la imaginación supiese que no puedo estar allí por mucho tiempo, en el mundo real hay algo importante que hacer, y no seré águila hasta terminarlo y no seré lobo hasta haber sido águila, y cuando sea cachorro regresaré al mundo real para seguir con mis tareas y poder volver a ser libre y quizá algún día pueda volar sin tenerle miedo a nada.

No lo sé, las metáforas pueden ser interpretadas de diferentes maneras. La magisfera de los sueños le dicen a cada quien lo que tiene que hacer, para mi no significa otra cosa más que el recuerdo de que soy prisionera de un mundo que dictó las reglas sin buscar mi consentimiento.

Vivir en el bosque aún suena a la mejor opción, donde nadie me pueda juzgarme por observar al agua como si fuera el cristal más maravilloso, sin que nadie me recuerde que tengo que estudiar para ganar un papel que solo hará mi vida más aburrida y menos libre.

La misma historia repetida mil veces, quizá solo soy muy quejumbrosa y escribí ésto para no tener que leer doscientas paginas de alguna tarea aburrida que me dejaron por ahí.

—La Luciérnaga Misteriosa—